Teniendo en cuenta el uso de las vías públicas que rodean nuestro entorno más cercano aprendemos que siempre podremos dar rienda suelta a nuestra imaginación para dar una nueva concepción a los espacios naturales; dando vida así a numerosas actividades y momentos de ocio para la infancia.
En cada rincón de nuestros parques, calles, etc crearemos cualquier punto educativo que merezca la pena ser aprovechado, ya sea de uso público o creado por nosotros mismos. Cualquier zona visitada de nuestra ciudad puede tener un pequeño espacio educativo en el que aprender a mirar a través de los ojos de los más pequeños.
Por mediación de la propia creatividad e imaginación descubriremos numerosos recursos para la educación y el enriquecimiento tanto de nuestros niños como mayores.
Todo esto nos trasladará a una imagen de ayer, cuando todos los niños jugaban en la calle y creaban en todos los espacios.
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